21.9.09

Palabras de un exiliado

Es sábado por la noche y decido formalmente presentar mi condición de exiliado de la república de banderas rojas y piratas negros. Al fin y al cabo esta siempre fue una quimera de mi imaginación. Basta mirar alrededor para ver como todo se ha degradado. Bonaparte campa a sus anchas. Y yo ya ni aparezco en el mapa. Se agradece y mucho el gesto de la canciller de exteriores que se acerca a saludarme, consciente seguramente que estoy viendo algo que preferiría no presenciar.
Lo decía hace unos días, las repúblicas soñadas se acaban convirtiendo en repúblicas bananeras. Por lo tanto buscaré consuelo en otras playas, aliento en otras conversaciones y buscaré, si es que lo encuentro, a alguien que repare el daño hecho por la ilusión frustada.

No hay comentarios: