29.9.09

As costas de melaza

Nen en liña, nen desordeado, agardo sen confiar na sorte.
Mais chegas, non hai muerdago, pero estamos ante un templo que invita á fortuna.
O teu sorriso adivíñase máxico, mentres eu dexergo o horizonte.
A melaza acompaña as túas palabras, mentres cansados nos embarcamos nunha viaxe para pasar tempo, para medir o tempo, para vivilo tempo.
Horas costa arriba e costa abaixo.
Ata que debo devolverte á gran urbe atlántica e regresar ao pequeno soto mariñán.
Reincorpórome ao vello tedio das costas abaixo e arriba.
Coa visión de que hai algo máis alá deste tedio.
Os sorrisos de melaza que enmarcan a espera...unha lenta, pero doce espera.

Un airexa de brisa fresca dende o Atlántico.


A bandeira da derrota ondeaba nestas semanas pasadas. Pero o vento é caprichoso e este sábado trouxome unha airexa fresca. Novos aires renovadores, que inxectan ilusión nas veas. Airexa fresca, renovadora, e dobremente atlántica, pois chega dende A Coruña e cunhas orixes que se perden no outro lado do Atlántico.

Curiosamente, a brisa chegou a min mentres a agardaba á porta dun bingo, non entrei, non cantei liña, non merquei cartóns, simplemente tiven que agardar a que a súa presenza o seu acento envolto en melaza chegase ata min.

Foi estraño, máis que iso, docemente estraña a confianza que amosou en min. Recordoume vellas historias. Historias fermosas que comezaron con conversas de 3 horas por teléfono, mais aquí a diferencia radicaba en que estabamos cara a cara.

Ela tamén aposta polas sestas, polas doce horas de descanso. Alguén así, sen dúbida podería ondear no meu mastil, quizais en moi curto tempo.

21.9.09

Palabras de un exiliado

Es sábado por la noche y decido formalmente presentar mi condición de exiliado de la república de banderas rojas y piratas negros. Al fin y al cabo esta siempre fue una quimera de mi imaginación. Basta mirar alrededor para ver como todo se ha degradado. Bonaparte campa a sus anchas. Y yo ya ni aparezco en el mapa. Se agradece y mucho el gesto de la canciller de exteriores que se acerca a saludarme, consciente seguramente que estoy viendo algo que preferiría no presenciar.
Lo decía hace unos días, las repúblicas soñadas se acaban convirtiendo en repúblicas bananeras. Por lo tanto buscaré consuelo en otras playas, aliento en otras conversaciones y buscaré, si es que lo encuentro, a alguien que repare el daño hecho por la ilusión frustada.

18.9.09

NO SE A TI...


No se a ti,
pero a mi septiembre me deprime
hace que empiecen a caer las hojas de mi esperanza,
que mude mi cielo azul esperanza por un horizonte de ocres aburridos,
la lluvia inunda todo, hasta el cajón del ánimo.

Te entregas a la siesta, y las perspectivas
hacen que desees que esta sea eterna,
no la ves como una alternativa siniestra.

La siesta está ahí y todos tenemos derecho a disponer de ella.
Ya que no puedo disponer de ti.

El gris, las tejas, la lluvia, su ronroneo incesante...
la semana que consigue una prórroga,
haciendo que sábado y domingo seán los minutos de descuento.

Y todos en el medio. Grises, apocados, anónimos, desnortados.
Buscando un resquicio de verano en este septiembre
que nos destartala como a desorientados naufragos.

14.9.09



Deambular por lo predecible.
Para que, para nada, parachoques de decepciones.
varado en la playa de la amistad,
sin poder desembarcar más allá de los límites.
Espero mi carta de embarqué
para otras republicas acogedoras.
Donde pueda poner pie en tierra.
Donde pueda instalarme
con las toneladas de amor
que retienen mis bodegas.
Poco a poco voy perdiendo lo que nunca tuve.
Algún día quizás mires atrás
y veas como el rojo se diluyó en la rosa.

Como tus pantalones piratas
saquearon mi corazón.

Como soñé de nuevo con el Caribe
en estas tierras humedas.

Como el rón, no fue capaz de ensoñar,
edulcorar y mantenerte a mi lado.

Al fin y al cabo eres poesía
y por curiosidad,
quiero pensar que ha sido por eso,
refugias tus manos y entregas tus besos
a lo más prosaico.

Un sábado más ¿ascendiendo o descendiendo?

Otro sábado que se marcha por el retrovisor. Por delante una carretera vacía, un gps que no funciona, ni atisbos de coches o casas acogedoras en las que preguntar si la dirección que hemos tomado es buena...Y así seguimos otra semana por esa carretera recondita sin saber a donde nos llevará y sin saber que hacer...

Uno ya no sabe que pensar. Quizás el ir asumiendo que hemos perdido antes de partir, que nos hemos embarcado en una aventura en la que hay pocas posibilidades de que acabe bien, sirva para sentir menos tensión y responsabilidad.

Cuando hay poco que perder y mucho que ganar, uno se relaja. Pero en fin, delante esta el espejo de lo ambiguo. Bello, pero deformador de la realidad, te dice que te ha saludado, antes a lo lejos y tú ciertamente has notado que de vez en cuando te mira, pero no sabes si es por cortesía o como una asacarinada declaración de intenciones.

En fin, uno se relaja intenta ser el de 15 días atrás y poco a poco se va consiguiendo, cayendo a veces en el histrionismo, porque si algo no se va a restar es las ganas de vivir el momento. No nos pondremos caretas de misa de una. Seremos como somos y asumiremos las consecuencias.

Finalmente alguién irrumpe en la escena rafaguiana, con un ramo de flores y siguiendo un instinto, hurtándola al momento y destino, me hago con una rosa que sin dudarlo dejo en sus manos. El detalle parece gustar pero no es suficiente....



La rosa pasa a su bolso, y minutos después veo como sus mano se entrelaza con la del bonaparte de la semana pasada, un bonaparte que hace tiempo que está presente, un bonaparte que sin hacer ruido se va haciendo un hueco y me desplaza del mapa.




bonaparte, toma una mano y pone sus dos picas en Flandes con ósculos breves, sencillos, pero que no parecen incomodar, parecen ser el anuncio de nuevos capítulos. Capítulos que no se si me gustaría visionar. Es duro, sentirse estatua de sal, no miramos atrás por la amenaza biblica, y mirando adelante nos convertimos en estatuas igualmente. De momento lo que han conseguido es que yo empiece a pensar en abandonar mi sueño de republicas rojas, quizás estas solo hayan existido en mi imaginación. Quizás sea tiempo de rendirse, de arriar la bandera roja y sustituirla por la blanca. La derrota a veces es la opción más digna, al fin y al cabo es inútil sufrir por alguien a quien no le importas.

6.9.09

Mellor me sería usar sombreiro

A folla deixouse levar e nun dos remuiños do río quedou varada. Normal, todo o pasado deu lugar á frialdade, a miña presenza parecía molestar e logo fun espectador do que no debera. En fin...un ten anos, pode que chegue aos cen pero non aprenderei, é o que ten non distinguir corazón de cabeza. Esta última debería valer para algo máis que poñer un sombreiro, pero como eu non uso, pásanme estas cousas. Por certo que ninguén me fale das lagrimas de S. Lorenzo ou terá problemas....

1.9.09

Como una hoja en el Mandeo


Finalmente el sábado 29 asumí lo que debía hacer, pese al riesgo de caer en el más profundo ridículo. Influyó que ella tomase la iniciativa para saludarme, pese a los metros que nos separaban en la adega mágica. Despues fuera de ese entorno, solicité dos minutos de gracia para explicarle todas aquellas ideas y sentimientos que me rondaban por la cabeza desde hacía varias semanas. Todo aderezado con los dos regalos personalizados que tanto tiempo me ocuparon en estos días.
Su respuesta fue cálida e intermedia, apostamos por conocernos más para que pueda tener una base sobre la que decidir después, en principio según comentó hay cierta empatía, pero también miedo a embarcarse en algo que pueda salir mal, que pueda acabar en naufragio.
Por mi parte el miedo apenas existe pues pocas veces he tenido tantas ganas de embarcarme en algo similar, tanta confianza en que esta nave podría llegar a buen puerto. Por lo tanto tendré que dejar todo en manos del destino, y dejarme llevar como si fuese una hoja anestesiada a merced de la corriente del Mandeo, mientras discurre por los margenes del Paraíso entre Ríos.

Y buscándole una nota de humor a lo sucedido, este día hablaba con un amigo y le explicaba que ahora la espera e incertidumbre de saber que va a pasar... hará que sufra como si fuese un candidato a las elecciones presidenciales en Ruanda, viendo como cuentan los votos uno a uno, y luego los cargan en camionetas destartaladas, que no llevan rueda de repuesto, conducidas por tipos que no tienen carnet y que atraviesan el país por caminos sin asfaltar hasta llegar a la capital, donde unos funcionarios desganados contarán de nuevo los votos para dar el resultado final dos o tres días después, mientras miran en la televisión el partido del domingo. La historia no acabará ahí pues las elecciones son a doble vuelta, por lo que al domingo siguiente se repetirán las mismas escenas, y al final habrá que obtener más de un 20% de diferencia respecto al siguiente candidato, o de lo contrario las elecciones serán nulas y habrá que repetir el proceso. Y mientras el candidato (yo) a comerse las uñas esperando el resultado. Pero en fin las cosas son así

Lo más positivo es que expliqué mi proyecto de república ideal, y le sorprendió en cierta medida. Pudo haber salido todo mal, pero aunque así fuese pienso que ella continuaría teniendo esa dulzura innata para hacer el menor daño posible. Para que el proyecto se archivase sin hacerte sentir como un idiota.

Los hechos son así, ahora mismo mi cabeza y corazón sufren de una dulce metástasis amorosa, que se acrecienta de domingo a viernes por su ausencia. Al fin y al cabo su presencia es el único alivio y remedio posible para atajar la misma.