1.9.09

Como una hoja en el Mandeo


Finalmente el sábado 29 asumí lo que debía hacer, pese al riesgo de caer en el más profundo ridículo. Influyó que ella tomase la iniciativa para saludarme, pese a los metros que nos separaban en la adega mágica. Despues fuera de ese entorno, solicité dos minutos de gracia para explicarle todas aquellas ideas y sentimientos que me rondaban por la cabeza desde hacía varias semanas. Todo aderezado con los dos regalos personalizados que tanto tiempo me ocuparon en estos días.
Su respuesta fue cálida e intermedia, apostamos por conocernos más para que pueda tener una base sobre la que decidir después, en principio según comentó hay cierta empatía, pero también miedo a embarcarse en algo que pueda salir mal, que pueda acabar en naufragio.
Por mi parte el miedo apenas existe pues pocas veces he tenido tantas ganas de embarcarme en algo similar, tanta confianza en que esta nave podría llegar a buen puerto. Por lo tanto tendré que dejar todo en manos del destino, y dejarme llevar como si fuese una hoja anestesiada a merced de la corriente del Mandeo, mientras discurre por los margenes del Paraíso entre Ríos.

Y buscándole una nota de humor a lo sucedido, este día hablaba con un amigo y le explicaba que ahora la espera e incertidumbre de saber que va a pasar... hará que sufra como si fuese un candidato a las elecciones presidenciales en Ruanda, viendo como cuentan los votos uno a uno, y luego los cargan en camionetas destartaladas, que no llevan rueda de repuesto, conducidas por tipos que no tienen carnet y que atraviesan el país por caminos sin asfaltar hasta llegar a la capital, donde unos funcionarios desganados contarán de nuevo los votos para dar el resultado final dos o tres días después, mientras miran en la televisión el partido del domingo. La historia no acabará ahí pues las elecciones son a doble vuelta, por lo que al domingo siguiente se repetirán las mismas escenas, y al final habrá que obtener más de un 20% de diferencia respecto al siguiente candidato, o de lo contrario las elecciones serán nulas y habrá que repetir el proceso. Y mientras el candidato (yo) a comerse las uñas esperando el resultado. Pero en fin las cosas son así

Lo más positivo es que expliqué mi proyecto de república ideal, y le sorprendió en cierta medida. Pudo haber salido todo mal, pero aunque así fuese pienso que ella continuaría teniendo esa dulzura innata para hacer el menor daño posible. Para que el proyecto se archivase sin hacerte sentir como un idiota.

Los hechos son así, ahora mismo mi cabeza y corazón sufren de una dulce metástasis amorosa, que se acrecienta de domingo a viernes por su ausencia. Al fin y al cabo su presencia es el único alivio y remedio posible para atajar la misma.

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